¿Por qué Abe Uta lloró tanto al perder en los Juegos Olímpicos de París? ¿Fue feo?

El 28 de julio de 2024, durante los Juegos Olímpicos de París, la judoca japonesa Abe Uta compitió en la categoría femenina de 52 kg. Abe Uta, medallista de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio, llevaba la esperanza de repetir su hazaña. Sin embargo, una inesperada derrota en la segunda ronda desencadenó una reacción emocional intensa que dividió opiniones y generó debate.

La trayectoria de Abe Uta en París

En la primera ronda, Abe Uta ganó con un ippon, avanzando a la segunda ronda donde se enfrentó a la judoca uzbeka Diyora Keldiyorova, la número uno del mundo. A pesar de haber logrado un waza-ari, Abe Uta fue sorprendida por un contraataque de Keldiyorova, perdiendo por ippon. Desolada, Abe Uta se derrumbó en lágrimas, abrazada a su entrenador Yukihide Hirano.

Reacciones al Llanto de Abe Uta

El llanto de Abe Uta provocó una serie de reacciones, tanto de simpatía como de crítica. Mientras muchos comprendieron su dolor y expresaron apoyo, otros vieron su reacción como exagerada e inapropiada para una atleta de su talla. A continuación, exploramos los principales argumentos críticos.

Motivos para las críticas al llanto de Abe Uta.

Comportamiento Infantil

Algunos críticos compararon el llanto de Abe Uta con el de un niño, considerándolo desproporcionado e inapropiado para una atleta profesional. La intensidad de sus lágrimas, audibles en todo el lugar, fue vista como una señal de inmadurez emocional.

Incompatible con la conducta de un judoca.

El judo valora la disciplina y el respeto, comenzando y terminando con una reverencia. La incapacidad de Abe Uta para reponerse y saludar adecuadamente a su oponente fue considerada una falla significativa en la etiqueta del judo.

Falta de respeto a la adversaria

Aunque Abe Uta estrechó la mano de Keldiyorova después de la pelea, su reacción fue percibida como irrespetuosa. Keldiyorova, por su parte, demostró gran espíritu deportivo y respeto al contener sus celebraciones frente a la derrota emocional de Abe Uta.

Interferencia en el desarrollo de la competencia

La prolongada crisis de llanto de Abe Uta retrasó el cronograma de las competiciones, exigiendo la intervención de los organizadores. Este comportamiento fue considerado inadecuado para una atleta de alto nivel, que debería evitar perturbar el desarrollo del evento.

5. Perturbación de Otros Atletas

El comportamiento de Abe Uta también fue criticado por potencialmente distraer a otros competidores que estaban preparándose para sus propias peleas. En un ambiente altamente competitivo, mantener la concentración es crucial, y su muestra emocional fue vista como una distracción innecesaria.

Actitud egoísta

Algunos espectadores interpretaron el comportamiento de Abe Uta como egoísta, sugiriendo que ella desconsideró el impacto de sus acciones en los demás competidores y en la organización del evento.

7. Reacción de los Entrenadores

Los entrenadores de Abe Uta fueron criticados por no actuar rápidamente para calmarla y sacarla del lugar, permitiendo que su reacción emocional se prolongara en público.

Razones para el Llanto de Abe Uta

La derrota de Abe Uta fue particularmente devastadora debido a su historial de éxito y a las altas expectativas. Además, ella estaba persiguiendo el sueño de conquistar el oro junto con su hermano, Hifumi Abe, repitiendo el logro de los Juegos Olímpicos de Tokio. La presión y el peso de esas expectativas pueden haber contribuido significativamente a su intensa reacción emocional.

Los atletas japoneses, especialmente los judocas, llevan una inmensa presión para desempeñarse bien en competiciones internacionales, debido a la fuerte tradición y éxito de Japón en el judo. Este deporte, que tiene sus raíces en Japón, es más que solo una actividad física; es una parte esencial de la cultura e identidad nacional. En consecuencia, los judocas japoneses no compiten solo por ellos mismos, sino también por un legado y expectativas nacionales.

La derrota de Abe Uta en los Juegos Olímpicos de París puede ser vista como un reflejo de la enorme presión que enfrentaba. Como medallista de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio, había una expectativa de que ella repitiera su éxito. Además, Abe Uta no solo estaba compitiendo por una medalla, sino también por el orgullo de su país y por la continuidad de su legado personal y familiar, ya que su hermano, Hifumi Abe, también es un judoca de renombre.

La presión para mantener el honor nacional y personal puede ser abrumadora. En el caso de Abe Uta, la inesperada derrota en la segunda ronda, después de ser considerada una de las favoritas, fue un golpe duro. La intensidad de sus lágrimas puede ser vista como una expresión de la frustración acumulada, la decepción por no cumplir con las expectativas y la presión de estar en el centro de atención de toda una nación.

La Cultura de la Excelencia en Japón

En Japón, la búsqueda de la excelencia está profundamente arraigada en diversas áreas, incluido el deporte. Los atletas a menudo son entrenados desde jóvenes para alcanzar el más alto nivel de rendimiento, lo que implica un régimen riguroso de entrenamiento y una mentalidad de dedicación total. Aunque esta búsqueda de la excelencia produce muchos campeones, también impone una carga emocional enorme sobre los atletas.

Conclusión

El llanto de Abe Uta en los Juegos Olímpicos de París fue un momento que generó empatía y críticas. Su vulnerabilidad puso sobre la mesa importantes debates sobre la presión sobre los atletas de élite y las expectativas del público. Mientras algunos vieron su llanto como una expresión genuina de frustración y dolor, otros criticaron su incapacidad para mantener la compostura esperada de un judoca.

Independientemente de las opiniones, es innegable que Abe Uta es una atleta de enorme talento y determinación. Se espera que pueda recuperarse de esta experiencia y regresar aún más fuerte en las próximas competiciones, continuando inspirando tanto por sus logros como por su humanidad.