Soju y Shochu: Entiende las diferencias

¿Quién nunca se ha encontrado con esas botellas verdes de soju y, poco después, con otra de shochu y se quedó con la duda: ¿será que es todo lo mismo? No te preocupes, no estás solo en esta confusión. Los nombres son parecidos, las culturas se entrelazan, pero la verdad es que soju y shochu son dos bebidas destiladas bien distintas, cada una cargando siglos de tradición y personalidad.

En este artículo, vamos desglosar las principales diferencias entre ellas — desde sus orígenes hasta la manera correcta de apreciarlas. Y, quién sabe, al final incluso te sientas inspirado a probar las dos, cada una a su estilo.

¿Cómo surgieron? El pasado que moldeó cada bebida

Antes de todo, es importante entender: soju y shochu nacieron de necesidades diferentes, en lugares diferentes, aunque geográficamente cercanos.

El soju es un símbolo de Corea, con raíces que se remontan al siglo XIII, cuando las técnicas de destilación llegaron a la península traídas por los invasores mongoles. Ellos, a su vez, habían aprendido el proceso con los persas. Interesante, ¿no? De mano en mano, de cultura en cultura, el soju terminó por fijarse como una bebida típicamente coreana, que a lo largo de los siglos se fue popularizando, hasta convertirse en ese clásico compañero de asados y cenas coreanas.

Já o shochu nasceu no sul do Japão, na ilha de Kyushu, por volta do século XVI, segundo registros históricos encontrados em inscrições deixadas por carpinteiros locais — uma verdadeira cápsula do tempo! A influência veio das rotas comerciais com a China e, principalmente, das ilhas Ryukyu (atual Okinawa), onde já se dominava a destilação.

Lo curioso es darse cuenta de que, mientras el soju se expandió y pasó por un proceso de industrialización masiva, el shochu mantuvo una huella más artesanal, más ligada al terroir y a los ingredientes locales. Dos caminos muy diferentes, ¿no crees?

Soju, bebida coreana - soju: ¡historia y curiosidades sobre esta bebida coreana!

Diferenças na Produção

Puede parecer solo un detalle técnico, pero la forma en que se produce cada bebida cambia completamente el resultado final — y tu paladar lo notará desde el primer sorbo.

soju mais consumido atualmente — aquele das garrafinhas verdes — é feito, na maioria das vezes, com álcool destilado de batatas, cevada, arroz ou até mesmo tapioca. Mas atenção: esse álcool é muitas vezes neutro, destilado diversas vezes, e depois diluído em água, com adição de adoçantes e aromatizantes. Isso explica por que ele é tão leve e adocicado. Não é à toa que desliza fácil pela garganta e é presença obrigatória em encontros coreanos. A graduação alcoólica? Em torno de 12% a 20%, bem menos agressivo do que outras bebidas destiladas.

shochu, por outro lado, preserva um caráter mais artesanal. O chamado honkaku shochu (ou “autêntico”) é destilado uma única vez, justamente para manter os sabores e aromas do ingrediente principal. E aqui mora a graça: pode ser feito de batata-doce (imo), cevada (mugi), arroz (kome) e até trigo sarraceno (soba). A graduação alcoólica fica um pouco mais alta, geralmente entre 20% e 30%, mas o sabor... ah, o sabor é outra história: complexo, terroso, com nuances que mudam conforme a matéria-prima.

También está el korui shochu, que pasa por múltiples destilaciones y se aproxima más al soju industrial, pero los puristas suelen preferir el honkaku.

¿Cómo se bebe? Ritos y formas de disfrutar.

Tal vez esta sea la parte más divertida: la forma en que cada cultura ha incorporado estas bebidas en el día a día, creando rituales y formas muy particulares de consumo.

Na Coreia, o soju é praticamente sinônimo de socialização. Em um jantar típico, ele é servido em pequenos copos, e existe toda uma etiqueta: nunca se deve servir o próprio copo e, ao receber, é de bom tom virar o rosto de lado e segurar o copo com as duas mãos. Já viu isso em algum dorama? Provavelmente, sim! E o famoso "soju bomb", mistura de soju com cerveja, é outro clássico das mesas coreanas.

Mientras tanto, en Japón, el shochu suele degustarse con un poco más de calma. Puede servirse puro, con hielo, diluido en agua caliente (oyuwari) o fría (mizuwari). La elección depende del clima, de la ocasión y, por supuesto, del tipo de shochu. En invierno, un oyuwari calienta el alma; en verano, con hielo, es refrescante. Además, bares especializados ofrecen shochus añejados por años, algunos almacenados en jarros de cerámica que confieren notas aún más complejas.

Curioso como una misma bebida destilada puede tener usos y significados tan diferentes, ¿verdad?

Diferenças culturais

Más que solo un vaso en la mano, tanto el soju como el shochu llevan una carga cultural enorme que vale la pena conocer.

Na Coreia, o soju virou quase um ícone pop. Sua presença é onipresente: está nos supermercados, nos jantares, nos k-dramas, nas músicas. Não há quem e pela Coreia sem, ao menos uma vez, brindar com soju. Inclusive, marcas como Chamisul e Good Day ganharam status de cult.

No Japão, o shochu é mais discreto internacionalmente, mas profundamente valorizado internamente. Em regiões como Kagoshima e Miyazaki, ele não é apenas uma bebida: é patrimônio. Existe até o “Dia do Imo Shochu”, celebrado em 1º de novembro, quando as destilarias abrem as portas e a cidade respira essa tradição.

Un detalle interesante: muchos japoneses optan por el shochu porque lo consideran una elección más saludable. Tiene menos purinas y azúcares residuales, lo que ayuda a evitar esa resaca brutal que otras bebidas pueden causar. Conveniente, ¿verdad?

¿Soju y Shochu? ¿Cuál elegir?

No existe una respuesta definitiva. Todo depende de lo que buscas.

  • ¿Quieres una bebida ligera, social, que combine con una noche de risas y amigos? El soju será tu elección.
  • ¿Prefieres una bebida con más complejidad, variedad de ingredientes y una rica tradición artesanal? El shochu es para ti.

En la duda… ¿por qué no probar los dos? Haz una degustación: sirve el soju frío, con aperitivos coreanos; después, calienta un poco de shochu y disfruta despacio, como hacen los japoneses. ¡Te garantizo que será una experiencia increíble!